domingo, 5 de mayo de 2013

San Guillermo de Chorrera

San Guillermo de Chorrera
Jaime Porcell
Investigador político
Coach político

Campaña 2009. Ricardo Martinelli camina con un séquito las calles de esta ciudad. Sin embargo, no será él quien destaque. Qué tal si te digo… un personaje aspirante a diputado, con su cara de niño regañado, incluida esa impulsividad tan infantil y conmovedora, es quien atrae flashes como ninguno.

Una multitud de humildes veneran y siguen a “San Guillermo de Chorrera”. Los medios construyeron un posicionamiento más cerca de uno milagroso que del ser humano llano. La escena retrotrae, distancias guardadas, al mismo Jesucristo cuando andaba Jerusalén.

Desde entonces, empacado en una figura atlética y tremenda voz, exuda aquel enorme magnetismo.

El chorrerano ingresa a un estadio. Quedé boquiabierto cuando vi como este pueblo de baja politización, volátil e indeciso, explota en aplausos. Palpé aquella ansia cierta en ser conducido hacia un destino difuso por ese “chico bueno”.

Entendí por qué Jimmy Papadimitriu una vez lo califica como “mayor activo político de CD”. También el presidente comprendió que Guillermo Ferrufino es un fenómeno aparte del político ordinario. Le entrega un ministerio cuyos proyectos paternalistas, 100 para 70, Ángel Guardián, etc., generan toda una expectativa que posibilita su aspiración presidencial.

No es su modesta obra -el electorado apenas puede mencionar 100 para 70s. Es una reiterada imagen de “buen pela´o”, que lo mantiene marcando. Poco repara la ciudadanía en una gestión demasiado escasa, pero, tampoco en el escándalo que ayer le explotan.

Sus spots políticos concentran su estrategia en generar emociones de los espectadores con el “santo” que hay detrás, más que en comunicar información política concreta.

Sus colegas parecieron admirar el "magnetismo personal" del caudillo. El confiado ministro nunca cuenta con que aquel mar calmo de adulaciones presagiara, como es usual, huracanes devastadores. Arnulfo bien los conocía. Hablo de la mentira, traición, serrucho de amigos aparentes y enemigos permanentes.

Quedé chocado ante la evidencia de carisma y blindaje, rarezas difíciles de observar en el mundillo político. Aunque fue el primero que se hizo en la misma imprenta chitreana de mi libro “De Ricardito… a presidente”, mi esfuerzo en contactar no resultó. En 30 años de carrera, sé que la únicas dos leyes indefectibles en política son “quítate tú pa´ ponerme yo” y “Guárdate del amigo, y deja a Dios al enemigo”.

No fue difícil convencer a este ser dubitativo y huérfano de consejo profesional en deponer aspiración por la presidencia. Todavía ningún CD llega ni cerca de sus 15 puntos en intención de voto.

La gestión en cualquier campo de ese carisma oportuno, pero, peligroso, urge de profesionales. Esos divos de la expresión escénica, los artistas, entienden que necesitan gerentes para administrar su talento.

Todo político debiera resguardar autoimagen. No resulta mala idea apelar a coaches especializados. Sobre todo, si el magnetismo es demasiado permeable a esas dudas que transmite el entorno, mismas que él admite en su declinación.

Ferrufino realiza una declinación casi suicida. Acepta, “me falta aprender”, antes de anunciar, correría por la alcaldía. Luego sobrevendría aquella terrible vergüenza de anticipar, Giselle Burillo se plegaba a otro aspirante. Terminaría desmentido por la propia candidata y desconocido por el aliado.

En ese trance, aquel mayor activo CD retrata íngrimo a merced de su impulsividad.

Solo la santificación del blindaje explica que, en medio de tanta pifia, ascienda a segundo en la intención de voto para alcalde. El puntero, todavía “Bobby” Velásquez.

En Ferrufino, resulta evidente el secuestro de la emoción sobre la razón. Así, la imagen de “buen tipo” muestra aquí su potencial emocional para blindar, más que cualquier posición que adopte sobre tópicos nacionales.

Pero, ¿será inagotable? Me atrevo a decir, si Ferrufino persiste caer en trampas, ese blindaje de santo bien puede retirarse con consecuencias serias sobre una trayectoria política. Recién sucede al alcalde Bosco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Bienvenidos los ingredientes extras.