domingo, 7 de abril de 2013

El político en su laberinto. Ùltima parte.



Salimos rápido del muelle y nos dirigimos río abajo bordeando las casas viejas que están a la orilla del río. El botero me ofrece una fría cerveza que llevaba en un cubo lleno de hielo de cervezas. Veo que usted rema este bote hace tiempo y que lo tiene muy bien cuidado. Además, usted disfruta inmensamente su trabajo! ¿Cuál ha sido el secreto? Mire señor, este bote me lo regaló mi abuelo cuando yo tenía 14 años. Desde niño había ayudado a mi abuelo a navegar por toda la rivera. Y usted, ¿A qué se dedica? Increpó el botero. Pues yo quiero ser político. ¿Un ladrón de cuello blanco dirá usted? Volvió a increpar el botero. La juventud quiere todo fácil, son unos perezosos que nos les gusta trabajar. Puedo regalarle unas preguntas caballero? Adelante señor botero.
     ¿Què lo hace a usted observar que tiene futuro como político? ¿Cuál es su miedo más profundo de llegar a ser político? ¿Qué lo lleva a entrar en la política? ¿El prestigio, el poder, la fama, el dinero? ¿Cómo quién desea usted ser? ¿Qué ve en la política hoy que lo hace a usted estar ahí? ¿Qué es lo que usted va a cambiar en la política actual? ¿Sabe usted qué  oferta es usted para sus ciudadanos? ¿ Qué le quita el sueño a usted como político? ¿ Está dispuesto a pagar el costo de seguir sus valores? ¿En qué es inspiración usted para otros? ¿Hay algo por lo cual le puedan seguir los demás?


Amigo botero, no tengo respuestas para sus inquisitivas preguntas, sinceramente, no he encontrado respuesta a ninguna de sus preguntas. Verá usted, yo me debo a un partido, y el partido me ha nominado a candidato a senador, por que yo soy el mejor preparado para servir a mi país. Todo esto que usted me pregunta, no lo voy a responder. Para la política lo que se necesita es plata no filosofías. Tengo que invertir en mi campaña para poder ganar. Una buena publicidad en el pueblo, patrocinar la fiesta patronal del pueblo, ayudar a las monjitas del horfanatorio y ayudar a los pobres, harán que las simpatías de todos estén a mi favor. 

Creo que ya llegamos a su destino caballero. Le deseo la mejor de las suertes en su carrera política. 

Bajé del bote más claro, todo lo que pretendía este hombre que yo le respondiera no es necesario para hacer una buena campaña política. Haré las cosas a mí manera, yo no necesito de nadie que me dirija o me venga con charlatanería. Yo sé suficiente de política para estar respondiendo preguntas estúpidas. La experiencia política es infalible...

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