El discurso
de Navarro hacia 2014
Luego del holgado triunfo en primarias, Navarro inicia el discurso triunfal
con un saludo a su familia. Replica la sabia estrategia de blindaje
comunicacional que aplicó Balbina en primarias del 2008.
Y a sus 34 años, el Partido Revolucionario Democrático saca a votar en
primarias una tercera parte del medio millón de inscritos. La votación Navarro arrasa en primarias del
PRD con un 94% de los votos que acuden.
A pesar de 16 contendores, mas, sin alguna
que representara amenaza para Navarro, la contienda interna resulta fría. Ha corrido un quinquenio desde aquella del
2008. Las lecciones extraídas sobran. Los
panameños presenciamos un choque demasiado fuerte entre Balbina Herrera y Juan
Carlos.
Entonces, ambas propuestas cruzan acusaciones de alto calibre. Balbina
Herrera sale electa aquella vez por escasos siete puntos. Mas, la terapia post
primarias no logra restallar heridas ni recomponer la unidad posterior. Todo, a
pesar de que Navarro aceptó asumir la candidatura vicepresidencial.
El partido, famoso hasta entonces por una unidad monolítica alrededor de
liderazgos fuertes termina fisurado. Peor aún, la publicidad negativa entre
contendores expone al electorado no PRD las falencias de la que seria candidata
a las elecciones generales 2009. Termina por allanar camino a la alianza opositora. Comprueba, no estar preparado para
mantener el duro debate a lo interno.
Nunca la dirigencia intentó explicar a la desorientada y perseguida
membrecía la enorme derrota 2009. El CEN
mantenía su concentración en resolver la crisis de cuál de las dos
fuerzas heredaba el liderazgo.
Sin embargo, la base del partido concluyó por si misma que esta desunión
causó la derrota. Y como consecuencia
posterior, la baja moral y transfuguismo que arrodilló al otrora poderoso PRD.
Navarro entendió el reclamo unitario. E hizo de la cohesión luego de
primarias, la aducción central de su discurso. Esta campaña de primarias no
estuvo exenta de acusaciones de parcialidad de las estructuras partidarias a
favor del candidato dominante y secretario general del partido.
Navarro replica la estrategia que transportó al
entonces Ricardito, desde el supermercado, hasta la presidencia. Éste, entendió
que, hasta 2008, Endara escindía el voto opositor. Primero, ubicó al
expresidente como principal contendor.
Desinfla a un Endara. Luego, atrae a
sus electores decepcionados.
Por tres contiendas, y hasta el 2004, la pelea electoral era polar entre
PRD y arnulfismo. De un lado el gobierno y del otro, a quien tocara fungir de
opositor. En 2004 Vanguardia Moral de la Patria, y en 2009, Cambio Democrático,
entran para desplazar a un panameñismo en retroceso.
Sin embargo, algunos que proponen el regreso del panameñismo a la contienda,
visualizan para el 2014, un CD desgatado. Olvidan que Martinelli despliega una
gestión agresiva, fondeada de millones, con múltiples obras visibles.
Por su parte, un panameñismo debilitado, sufrió la migración hacia CD
de sus más importantes cuadros políticos.
Aún así, Varela marca segundo en intención de voto, luego de Navarro. Aquel no
muestra interés en cohesionar el partido y sumar a la expresidenta arnulfista
Mireya Moscoso.
Algunos entendidos advierten que, a pesar de Varela marcar segundo, CD en gobierno, y PRD en oposición lucen como
lógicos polos de la contienda.
Sin embargo, Navarro dispara cañonazos al panameñista.
Para pensadores como el periodista Rubén Murgas, aquél está trabajando para el
enemigo. Ataca con dureza al virtual candidato del panameñismo, Juan Carlos
Varela. Mientras, “golpea con plumero a Martinelli”. Y añade, “Duele ver expresidentes PRDs como
Ernesto Pérez Balladares, Aristides
Royo, en la maquinación”. La estrategia revive viejas sospechas de ser “Caballo
de Troya” del régimen.
Aquel viejo adagio de la oposición nunca gana elecciones, el gobierno las
pierde, no parece compadecerse con la estrategia Navarro. Para Milton Henríquez,
candidato del Partido Popular, pensar que CD no calificará como uno de dos
polos, y atacarse entre opositores, no muestra sentido. Además, la única forma
de derrotar al gobierno es con una alianza entre opositores.
Ni siquiera el dictador Noriega y los militares dispusieron de los recursos
mediáticos, políticos, las armas, y
menos la inteligencia política, ni el “sapeo” al servicio del poder.
Gobierno alguno concentró tantos recursos ni blandió chequera tan nutrida, relaciones
internacionales saludables o la aceptación con que navega éste.
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