DESCONFIEMOS Y ACERTAREMOS.
Por: Rodolfo Caballero
Coach Político
Los tiempos que
vivimos tienen un elemento en común, la desconfianza reina en todos los
escenarios del mundo, a nivel económico, social, religioso, político,
empresarial, familiar y comunitario. Esto pone en riesgo la convivencia social,
siendo que prácticamente en todas las transacciones que realizamos necesitamos
confiar en otra persona para poder funcionar. No podemos aislarnos y desconfiar
de todos para poder funcionar normalmente en el mundo de hoy.
La política no
es lo mismo que la politiquería. Esta última no es más que una vulgar expresión
de aquellos personajes que se ocultan detrás de una máscara en campaña política
para engañar al pueblo que confía en él para terminar sirviéndose a sí mismo
con base en el poder que se le ha dado. En cambio la política entendida como el
arte de servir al bien común, lleva el desafío de ser personas de un alto nivel
moral e integridad que en los diversos escenarios cuesta creer que es posible
que existan personas de este calibre.
Muchas personas
dicen que la política es “una palabra sucia”, o es “cosa de corruptos”, o “cosa de mentirosos”. La
mayoría de las personas que se expresan así
toman la posición de ser indiferentes, pasivos o burlarse de todo aquel
que cree que las cosas en la política pueden cambiar. Aunque hay muchas que por experiencia propia concluyeron en esto.
Ciertamente la
corrupción en la política, la cual no es sólo de los políticos sino también de
los empresarios y ciudadanos que pagan sobornos a cambio de beneficios, existe
y ha existido siempre. Sin embargo, qué peligro representa hoy la penetración y
extensión de los actos de corrupción en las sociedades modernas. Así como un
hijo o hija espera de su padre o madre protección, la violación sexual es
aceptada no sólo como un delito sino como una de las peores aberraciones que
existen. De la misma manera, es aberrante, que un político, cuyo rol es velar
por los intereses de la mayoría y los más desfavorecidos, acceda a su puesto,
mediante el engaño y trabaje sólo para servirse a sí mismo.
¿Cuál es el
riesgo de la indiferencia ante esta situación? Los riesgos actuales que ya
estamos viendo en muchos países son: el regreso al barbarismo como en muchos
países del continente africano donde las guerrillas asesinan comunidades
enteras, violan mujeres, reclutan niños para las guerras, y dejan sólo muerte y
destrucción. La narco política que viven
países como México, Guatemala y Colombia, entre otros donde los carteles de
narcotráfico se han dedicado a comprar alcaldes, gobernadores, concejales,
militares y políticos de todas las jerarquías. En todos estos fenómenos siempre
hay actores claves: los indiferentes y los pasivos ante la realidad cruel, ya
que en muchos casos no los toca a ellos. Sin embargo cuando los toca, ya es
tarde. Son comunes los casos cuando los asesinatos y la delincuencia tocan a
las familias de los que son indiferentes cuando acuden a los políticos para que
hagan algo.
Por esta razón,
la política nos debe importar a todos. Tarde que temprano nos afectan los
problemas sociales que los políticos desatienden. La
sociedad entraría en caos si aumenta la indiferencia ante la política y la cosa
pública. Nadie confiaría en nadie y reinaría la anarquía y el sálvese quien
pueda. La política es un asunto de todos. Mientras ignoramos la situación de
peligro social en que vivimos, a cualquiera de nuestros seres queridos e
inclusive a nosotros mismos, nos puede afectar el secuestro express, la
injusticia, la perdida de nuestra libertad, la quiebra de nuestro negocio y
hasta la muerte en manos de delincuentes.
Este libro busca llevar a reflexionar a las
personas sobre la importancia de la participación social y política, la
responsabilidad de todos ante la cosa pública, y el por qué nos debe importar la política y
la cosa pública.
Un punto importante dentro de esta obra es
que sé que no hay nada perfecto , sin embargo, no es una utopía sino un proceso
continuo que permitirá mejorar la calidad de vida de las personas en todas las
sociedades del mundo, por medio de la voluntad de las personas que viven en
serio su deber cívico y político de servir y trabajar por el bien común.
Cuando las pasiones de los hombres no
conocen límites y se les da poder a estos, no hay quien sobreviva al lado de
estos tiranos. Si estamos dispuestos a
que los tiranos nos gobiernen, no hagamos nada, si queremos que las cosas
cambien entonces es hora de participar más y mejor en la política y las cosas
públicas.
¿Acertamos si desconfiamos?
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